Yo nunca me había planteado ser profesor. Quería ser pintor y vivir de ello, pero la cosa no funcionó. Y puesto que la necesidad obliga, que en latín se decía mandat opus, de donde viene nuestro manduevos, opté por la docencia como salida laboral y me encantó desde el primer momento, a pesar de las dificultades con las que me he ido encontrando en mis 18 años de experiencia. Si me escucháis hablar en idiomas extraños, no os preocupéis, es perfectamente normal y ya se me pasará, ¿o no? El escritor romano Pli ...